miércoles, 26 de enero de 2022
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Tren Maya: crónica de un fracaso anunciado
Siempre
hay algo que decir
Felipe
Vera.
Tren maya Crónica de un fracaso anunciado
Tras ser penosamente engañado, AMLO cree que la obra de Tren Maya
todavía es rescatable y está decidido a todo. Revisando las diferentes
opiniones encontré una de Federico Berrueto que me llamó la atención y bueno
aquí lo que pasa.
Si usted ha visto
malhumorado al presidente López Obrador, la columna de Lourdes
Mendoza, Los otros datos del tren maya, publicada este fin de
semana en El Financiero dice la causa del enojo. El fiasco explica el
decretazo, la expropiación de predios y la remoción de Rogelio Jiménez Pons de
Fonatur. El presidente fue engañado por el responsable de la obra. El reporte
de avance de los cinco tramos es abrumador: Palenque-Escárcega, 19.7 respecto a
77.7 programado; Escárcega-Calkini, 9.8 de 82.6; Calkini-Izamal 13.3 de 68.1;
Izamal-Cancún 20.1 de 67.5; Playa del Carmen -Tulum Norte, 0.5 de 20.6. y
Faltarían Tulum-Bacalar y Bacalar-Escárcega, pero el cuadro no cambia. El
Tren Maya registra un grave retraso.
Los datos de avance
contradicen lo divulgado recientemente por Reforma que, con base en una
entrevista al arquitecto Jiménez Pons, señaló un avance de 40 por ciento, pero
no llega ni a 20 por ciento. Las cifras más que inconsistentes son claramente
contradictorias. Se engañó al presidente López Obrador, y por lo visto, también
a Reforma, consecuentemente, a la opinión pública. El responsable debe dar la
cara, decir la verdad y que se desprendan las responsabilidades administrativas
y penales del caso para no acreditar la impunidad que ha caracterizado al
régimen cuando se trata de los suyos. La rendición de cuentas no está en la
agenda del actuar régimen.
El presidente fue penosamente
engañado; lo sospechoso es que a Jiménez Pons se le premiara con la
subsecretaría de Comunicaciones e Infraestructura y no se le enviara a su casa
o a peor lugar. Corrupción en la obra más emblemática de la 4T con un fuerte
tufo de complicidad hasta el más alto nivel. No hay sanción ejemplar porque hay
complicidad. López Obrador cree que todavía es rescatable, y está decidido a
todo.
Debe ser muy frustrante
para el presidente ver cómo se va a perfilando el engaño. Se incrementan
costos, el atraso es abrumador y hay operaciones que
decidieron protegerse del derecho de información, como es la adquisición de los
predios comprados a TV Azteca. Si se dieran a conocer los términos de la compra
difícilmente habría acuerdo con ejidatarios, particulares y hoteleros en la
adquisición de terrenos para el derecho de vía. Mejor recurrir a la opacidad y
a la expropiación.
Mucho tiempo le llevó
advertir el engaño, a pesar de sus frecuentes visitas a la obra.
Desde ahora ya sabe que los números no le dan para terminar a fines de 2023,
tampoco para 2024, además del daño ambiental y al patrimonio cultural que
representa el Tren Maya. Pésima planeación y ausencia de proyectos
ejecutivos debido a los caprichos presidenciales. La obra comprueba que las
cosas ya no son como antes, ahora son peores.
Difícil la encomienda
para Javier May, director general de FONATUR. Decretos expropiatorios, ni
ampliación presupuestal permitirán recuperar el tiempo perdido. Tampoco los
militares podrán hacer realidad el anhelo presidencial. El dispendio allí y en
la obra de Dos Bocas contrasta con la ofensiva presidencial contra el INE.
Diferendo absurdo; nadie, excepto López Obrador, quiere la consulta de
revocación/confirmación de mandato. La megalomanía que inspira la consulta le
debe resultar muy amarga al advertir el atraso y el elevado costo del Tren
Maya.
El presidente recurre a
Carlos Slim, propietario de una de las empresas contratadas para el proyecto.
Seguramente de allí se derivó la salida abrupta de Jiménez Pons al que con el
decretazo se le habían acabado los pretextos por la mora, supuestamente por los
permisos que no expedían las dependencias federales.
Como a buena parte de
los mandatarios que se proponen grandes obras a partir del capricho y el
voluntarismo, como pasó en Campeche. Igual le sucede a López Obrador. Hacer bien
las cosas y, sobre todo, los grandes proyectos requiere de tiempo y mucho
dinero. No es suficiente, también es indispensable la disciplina, método y
colaboradores tan capaces como leales; y él Tren Maya ha carecido de todo eso. Como siempre yo también tengo otros datos y la
última palabra la tiene usted querido lector. Porque siempre hay algo que decir.
25/01/22