domingo, 12 de julio de 2009

¿HASTA CUANDO?

¿HASTA CUANDO?
FELIPE VERA MARTINEZ
f_vera_mtz@hotmail.com

El viernes pasado se presentó el libro número 19, de un buen amigo y compañero de la secundaria el médico Daniel Cantarell Alejandro, titulado VICTORIANO NIEVES “El creso peninsular”, patrocinado por el Instituto Campechano y presentado por el Grupo Brecha, en el Museo de la Ciudad. En punto de las 20 horas, nos dimos cita en el teatro de dicho museo, que lleva el nombre de este carmelita distinguido. Con auditorio casi lleno ya que la lluvia impidió que algunos más llegaran, inició el evento presentado por el cronista de la ciudad de San Francisco de Campeche, posteriormente hablaría el Prof. y Lic. Santini Pech quien es el Director del Instituto Campechano, patrocinador del libro. Explicó los motivos por los cuales dicha institución decidió patrocinar la publicación de este libro, finalmente tomo la palabra el autor, quien con esa manera sencilla de la narrativa nos llevó a viajar por la historia del Carmen, aquí les transcribiré unos párrafos del contenido de este documento histórico de gran interés para todos los que habitamos esta isla maravillosa: “sentado en una de las bancas de aquella plazuela de tierra endurecida y de frondosos árboles de laureles, don Victoriano Nieves Céspedes meditaba. Lo hacia todas las tardes, como un ritual ininterrumpido, luego de las faenas diarias en sus productivos negocios establecidos en la isla del Carmen, del Estado de Campeche, en la República Mexicana. Transcurría el año de 1876. Era, para entonces, un personaje que había logrado amasar una gran fortuna y cuyo nombre se había dilatado dentro y fuera de la República Mexicana por su inmensa red de negocios y su actuante filantropía en beneficio de la colectividad. Victoriano era, también, algo así como un mito. Poco o nada se hablaba de su procedencia y prefería dejar que el pueblo especulara sobre su riqueza. Un halo de misterio, por lo tanto, se cernía sobre su personalidad. Esto lo hacía más atractivo a los ojos de quienes lo conocieron. La inconsistencia de sus orígenes obligaba al vulgo a fomentar una serie de fantasías y hacía circular un cúmulo de rumores que el propio Victoriano disfrutaba porque dejaba su historia merced del pueblo. Hasta su nacimiento fue motivo de controversias porque él mismo decía que había visto la luz primera en la Isla del Carmen, mientras que otros opinaban lo contrario. La prensa, incluso, afirmaba de manera determinante esta versión, lo que creaba más confusiones sin que él hiciera alguna aclaración pertinente…”
Lo cierto es que aunque el siempre dijo ser natural de la isla, “todos sus biógrafos, especialmente sus contemporáneos, aquellos que lo trataron y lo conocieron personalmente, coinciden en que estos actos de generosidad aliviaron muchas veces la tragedia y el drama humano, descripciones que quedaron para la perpetuidad, algunas incluso narradas en el seno familiar como las versiones que don Leopoldo Cervera Certucha escuchó de su padre Don Jesús Cervera Armas decir: “ Don Victoriano Nieves también sabía comprender las necesidades de los demás: alivio penas, restañó heridas, enjugó lágrimas; nunca cerró su mano a quien se acercaba a él implorando consuelo; jamás sus oídos fueron sordos a las súplicas. Su carácter amable, siempre sonriente a quien iba hasta él, atraía como imán a los seres necesitados o no, a quienes estaban en la miseria o el dolor. Con su inmensa bondad quiso aliviar penas…” nunca olvidó sus raíces humildes; fue, de hecho, una acción que siempre demostró en sus actitudes. Tanto en su manera de hablar, de vestir y hasta de comer, conservó su sencillez. Hubo quienes incluso, en su primera impresión al conocerlo, nunca se imaginaron que aquel personaje que barría el frente de su casa o que deambulaba por las calles de la Isla del Carmen a veces con ropa de manta, fuese Victoriano Nieves, el más rico de la Península de Yucatán.” Hasta aquí parte de lo escrito por el buen amigo Cantarell quien desde su adolescencia mostró mucho interés por la historia de México, hoy, ya con 19 libros y un par de nietos, sigue dando muestras de su capacidad por la investigación para tratar de entender la de por si enredada Historia de nuestro país, como lo he dicho varias veces, la historia se escribe de varias formas, la que es, la que se vive y la que conviene que se sepa. Depende el punto de vista y la conveniencia de algún político en turno, en nuestro caso siguiendo la investigación me he encontrado cosas que no son como me lo enseñaron en la escuela, y viene esto a colación por que este libro me llevo a viajar por aquella tierra carmelita de los años 60, de calles de tierra. Recuerdo todavía algunas veces llegue a estar en ese parquecito y escuchar de los mayores, decir: ¿a quien se le ocurrió poner el busto de Juárez precisamente frente a una iglesia? Si amigo lector, recordará que Juárez era anticlerical, entonces es de suponer que algún maloso, lo mandó poner de frente a la iglesia, ¿cual sería el mensaje? Lo que se cuenta es que la iglesia es la de Juárez y el parque es del Jesús. Porque así se conoce como el parque del Jesús. En fin eso es historia, lo que usted y yo vivimos hoy, mañana alguien lo contará a conveniencia. Punto.

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