lunes, 14 de diciembre de 2009

SIEMPRE HAY ALGO QUE DECIR La Revolución mexicana

SIEMPRE HAY ALGO QUE DECIR
FELIPE VERA MARTINEZ.

La Revolución mexicana;
Estamos cumpliendo el año 99 y todavía se utiliza la frase de que gozamos viviendo los resultados de la revolución, hoy tenemos acontecimientos similares a los que se dieron en 1910 y que fueron los motivos para que se encendiera la mecha donde la gente cansada de tanta miseria se lanzara a un cruenta lucha que nos llevaría a una transformación que todavía no termina y algunos “hijos de la revolución “siguen explotando para su beneficio personal. Como un Cuauhtemoc Cárdenas, hijo del tata Lázaro y uno que otro descendiente de Madero.

Para entrar en detalles déjeme le doy algunos antecedentes sobre este acontecimiento del que mucho se habla y poco se sabe, según la historia, no como se vivió, sino como la cuentan o quieren que la sepamos dicen: que en el largo periodo que el general Porfirio Díaz ocupó la Presidencia de la República se hicieron más evidentes y cruentas las abismales diferencias en riqueza, educación y bienestar entre la inmensa mayoría del pueblo y el reducido grupo que, al amparo del poder del gobierno porfirista, gozaba prácticamente de todos los privilegios, a costa de condenar a la miseria a esa mayoría ya harta de su pobreza e ignorancia. Tal y como sigue hasta nuestros días. Aunque la miseria corroía los cimientos de la sociedad mexicana, finalmente no afloraba de manera abierta debido a la ancestral sumisión y al control que las poderosas fuerzas locales mantenían sobre un pueblo hundido en la ignorancia. Cabe mencionar que hoy no existe ignorancia, más bien desidia o apatía, a nadie le importa más que saber que mañana tendrá algo para comer. En esos años la falta de libertades políticas, que se traducía en la escasa posibilidad para las clases medias emergentes, de ascender socialmente y tener acceso a los puestos de mando y riqueza, fue abriendo paso a los reclamos y exigencias de éstas, hasta llegar al estallido de la violencia armada. Cabe mencionar que precisamente fueron esas clases ilustradas, que contaban con la preparación y el conocimiento de la situación real del país, quienes plantearon la necesidad y después la exigencia de que se abrieran los cauces para tener la oportunidad de ocupar los puestos que ya de antiguo se encontraban en las mismas manos, ahora cansadas y viejas, de los beneficiarios de la paz porfiriana.
Según los datos que investigue, el general Porfirio Díaz expresara –en una famosa entrevista que le hiciera en 1908, el periodista norteamericano James Creelman- que México ya se encontraba preparado para la democracia, se comenzaron a formar clubes y partidos políticos con la esperanza de poder participar en la ya próxima contienda electoral, que imaginaron libre y abierta, y que tendría lugar en 1910, que ilusos algunos de esa época, había quienes consideraban que se debía actuar con prudencia y que, antes de que se diera un cambio total y radical en los altos puestos políticos, debería mantenerse como presidente al general Porfirio Díaz y cambiar únicamente al vicepresidente, quien debería aprender a gobernar, para que cuando faltara Díaz los cambios se dieran sin sobresaltos ni riesgos y el pueblo mexicano comenzara a gozar de una auténtica vida democrática. Hubo quien creyó la idea del propio general. Porfirio Díaz no coincidía con la de aquellos que habían creído en sus palabras, como Francisco I. Madero, quien se había dado a la tarea de recorrer el país promoviendo su candidatura a la presidencia, -mediante la constitución del Partido Antirreeleccionista. (Incluso aquí en el Carmen todavía se conserva en el parque Zaragoza la placa con la fecha en que dirigió al pueblo carmelita un gran discurso.) En junio de 1910 se llevaron a cabo unas elecciones nada democráticas. Madero había sido encarcelado previamente y Díaz resultó electo presidente para un nuevo periodo, el séptimo, ahora de seis años, acompañado de Ramón Corral como vicepresidente. Nada ha cambiado desde entonces sigue existiendo la simulación política. Y como resultado, Madero proclamó el Plan de San Luís, en el que hizo un llamado a las armas, como parte de su denuncia contra unas elecciones fraudulentas. La revuelta debía estallar el 20 de noviembre y, ante este llamado, en muchas partes del país se levantaron grupos armados contra el gobierno porfirista. Esto tuvo consecuencias inmediatas pues los hermanos Serdán, en la ciudad de Puebla, fueron las primeras víctimas de la represión de las fuerzas federales, cuyos esfuerzos finalmente resultaron ineficaces para detener el movimiento revolucionario, al que se adhirieron personajes como Pascual Orozco y Francisco Villa, mejor conocido como el centauro del norte entre otros. Los simpatizantes de Madero se extendieron por gran parte del país, teniendo al Norte como escenario de importantes triunfos, con lo que el ejercito porfirista, a pesar de que en el fondo permaneció casi intacto, fue derrotado. De esta manera el general Porfirio Díaz se vio obligado a presentar su renuncia a la presidencia y tomar el camino del exilio, mediante la firma del Tratado de Ciudad Juárez, el 21 de mayo de 1911. O sea que el movimiento armado logro que este personaje se fuera del país saliendo del puerto de Veracruz en el vapor IPIRANGA rumbo a Francia. Solo así se puso punto final a una época de casi 34 años del ejercicio del poder unipersonal, para abrir paso, no sin dificultades y contradicciones, a otra etapa de la historia mexicana, en la que se trataría de hacer efectivo el lema maderista de "sufragio efectivo, no reelección". Mismo que hoy están tratando de desaparecer algunos diputados al tratar de reelegir a los presidentes municipales, a los diputados tanto locales como federales y también a los senadores. Una vez abierto el camino el presidente en turno tratara de reelegirse como ya lo hicieron Hugo Chávez en Venezuela, Correa en Ecuador, Evo morales de Bolivia y muy cerca de nosotros Zelaya en Honduras. Que por cierto no lo ha logrado. Así, llega Francisco León de la Barra –quien fungía como ministro de Relaciones Exteriores-, asumió interinamente la Presidencia de la República, a fin de convocar a nuevas elecciones, en las que Francisco I. Madero resultaría investido presidente. Desde el mismo momento en que triunfa la revolución convocada por Madero, se comienzan a generar problemas al interior del grupo revolucionario, lo que aunado a errores y promesas no cumplidas, darían por resultado que la revolución no lograra avanzar y profundizar como deseaban sus iniciadores. Tan no se pusieron de acuerdo que este periodo de la revolución culminó con el asesinato de su principal promotor, Francisco I. Madero, a quien se ha dado en llamar, con justicia, el "mártir de la democracia".
Seria muy largo de contar todo lo que paso en la revolución de 1910, lo que si puedo decirles es que la revolución se esta dando desde hace mas de 18 meses en el país, el ejercito recorre las calles de varios estados donde la inestabilidad social esta rebasando a las autoridades, los enfrentamientos entre gente del narcotráfico, malos elementos policíacos de los diferentes cuerpos están infiltrados por las organizaciones criminales y la falta de ética y compromiso con el pueblo. Faltando un año para que se conmemore el centenario del inicio de la revolución mexicana llevamos más de 30 mil muertos en los estados de Sinaloa, Michoacán, Chihuahua, Guerrero, Chiapas, Oaxaca, Tabasco, Tamaulipas y Nuevo León por mencionar los estados mas conflictivos, hoy quienes están enfrentando al ejercito tienen armas mucho mas sofisticadas que el mismo gobierno y la falta empleo y crecimiento, los aumentos de impuestos a gran escala están siendo el caldo de cultivo para llegar a este primer centenario de la revolución mexicana, mucho descontento en los diferentes estratos sociales se dejan escuchar voces, que de no hacer algo que remedie la situación económica que vivimos algunos mexicanos, de algo grande estaremos hablando dentro de un año. Es cuanto y nos leemos la próxima. Como siempre mi correo es f_vera_mtz@hotmail.com donde recibo y agradezco los comentarios.

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